
La cara de la Depresión – ¿Realmente la padecemos igual?
Cuando busco «depresión» en la sección de imágenes de Google me aparecen fotografías de lluvia, de personas encerradas, solitarias, con las manos en la cabeza tratando de esconderse de algo que los aterra… esto, particularmente, me parece que no demuestra en su totalidad la depresión y estamos enviando un mensaje equivocado a aquellos que de verdad padecemos de esta enfermedad.
Después de ser invadida con esas imágenes, a mí en lo peculiar me pareció totalmente sorprendente cuando después de terminar la cita con la psiquiatra la vi escribiendo una receta para comenzar un tratamiento de antidepresivos. Nunca mencionamos «depresión», solo comencé a tomar psicotrópicos para aliviar el dolor en mi pecho constante, la culpa, la falta de ánimo, el cansancio extremo y las ganas de renunciar a todo.
Sí, en mis «malos días» como los llamo, me sentía totalmente identificada con estas fotos de personas rodeadas de lluvia, días nublados, pesadez… pero ¿qué pasaba cuando en mis «buenos días» aún padecía de depresión? ¿Por qué le costaría a mi pareja entender esta patología cuando me miraba sonriendo sin saber que por dentro me sentía sin ganas de salir de la casa?
Y es que, es totalmente comprensible que a alguien le cueste entender que una persona que parece que todo en su vida está en orden, que sonríe y hace chistes, que todo le salga bien, padezca de depresión. Es justo lo que a mí me pasa.
Soy una mujer joven, 20 años, emprendedora, con un negocio en crecimiento, a punto de terminar mi carrera universitaria, con un mundo de posibilidades abiertas a mí y aún así, sin ganas de salir de la cama, sin ánimos, con una opresión constante en el pecho, con unas recaídas increíblemente fuertes y a veces con unas ganas de acabar con todo.
A pesar de llevar dos años en terapia tratando mi ansiedad, dejé que poco a poco la depresión se volviera a reactivar en mi vida, y eso que el primero episodio depresivo ni sabía exactamente qué tenía y no fue tratado por un especialista.
Mi psicóloga me recomendó crear una red de apoyo para poder avanzar más rápido en mi tratamiento y dije «¿en dónde voy a conseguir a alguna persona que me escuche y me entienda?». Vivo con mi pareja desde hace dos años e incluso a él le costaba muchísimo (aún le cuesta, pero ya es menos) poder aceptar que yo era una persona con depresión, con una enfermedad de verdad y que no era simplemente porque estaba sensible debido a mi ciclo menstrual.
Fue ahí donde me di cuenta que ser mujer y padecer de depresión, ansiedad o cualquier otra enfermedad mental es totalmente difícil en un mundo donde somos tachadas de sensibles, débiles y exageradas. Por eso, decidí crear un grupo de apoyo íntimo, donde cualquiera pueda desahogarse sin la desventaja de ser tachada de ridícula.
Sé que las circunstancias nos afectan de distintas formas y que no hay ninguna receta para eliminar la depresión de un día a otro, pero sé que se comienza por un punto en específico y es: aceptar que la padecemos.
He escrito este blog para poner en perspectiva mi caso y para decirte que no estás sola. Somos muchas las que tenemos días «malos» y no es porque estamos en nuestros días.
¿Te gustaría saber más sobre la salud mental? Coméntanos abajo qué temas te gustaría que platicáramos en nuestra próxima charla que tendremos en noviembre 2019.
Si deseas unirte a nuestro grupo de apoyo, puedes hacerlo en el siguiente link: https://chat.whatsapp.com/BjzGhvmHfSXL9evgnD1rL9 y si deseas platicar conmigo directamente, hazlo al 4578 9706.
Con cariño,
Aletse.